miércoles, 9 de marzo de 2011



¿A dónde va lo que querés hacer y no hacés? ¿A dónde va lo que querés decir y no decís? ¿A dónde va lo que no te permitís sentir? 

Desearíamos que lo que no decimos caiga en el olvido, pero lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, nos llena el alma de gritos mudos.

Lo que no decimos se transforma en ERROR. 

Se transforma en debe, en deuda, en asignatura pendiente. 

Las palabras que no decimos se transforman en frustración, en tristeza, en insatisfacción. 

Lo que no decimos se transforma en trauma. En venenos que mata el alma. Lo que no decís te encierra en el pasado. 

Lo que no decimos se transforma en herida abierta.